Gerardo Arenas: «Es probable que el psicoanálisis sea el refugio de la singularidad y la intimidad en la era de la IA»

Gerardo Arenas: «Es probable que el psicoanálisis sea el refugio de la singularidad y la intimidad en la era de la IA»

Nuestro querido Gerardo Arenas protagonizaba el pasado 25 de agosto una extensa entrevista en la sección literaria de La Gaceta y a cargo de Eduardo Martel, antes de realizar una conferencia en el Centro Cultural Virla, en el ciclo “Quo Vadis Technologia”.

El autor de Discursos que atrapan cuerpos, de Psicoanálisis y ciencia: el falso antagonismo y de Una vía práctica para sentirse mejor habló con Martel sobre Inteligencia Artificial, qué nos distingue de ella y cómo debería reformular nuestro status de homo sapiens, y también sobre límites de desarrollo tecnológico y transhumanismo.

Aquí tenéis un extracto de la entrevista.

 

Psicoanalista, físico nuclear y especialista en Inteligencia Artificial, Gerardo Arenas afirma que “poco espacio queda hoy en día para lo singular”. En esta entrevista, reflexiona sobre cómo la inteligencia artificial y los avances tecnológicos podrían resignificar nuestra esencia como seres humanos y el rol crucial del psicoanálisis para preservar nuestra singularidad en un mundo cada vez más automatizado. “Uno de nuestros rasgos esenciales es la capacidad de crear problemas”, reflexiona. Disertará en el Centro Cultural Virla, el próximo sábado, en el ciclo “Quo Vadis Technologia”.

-Usted ha tenido una formación rigurosa en ciencias físicas y luego se ha orientado a campos del saber con una complejidad diferente, como la psique humana. ¿Cómo describiría esa experiencia?

-Me ha resultado muy enriquecedora. La ciencia nos ejercita en el empleo de la lógica, nos acostumbra a tener una visión desprejuiciada, nos hace desconfiar de nuestras primeras impresiones y de nuestra comprensión, y nos alienta a erradicar de nuestro pensamiento el principio de autoridad. Todo esto resulta útil en psicoanálisis, no sólo para entender o ampliar su teoría, sino incluso a la hora de llevar adelante una cura, en la clínica. El estudio de la física enseña a imaginar y desarrollar modelos, a intuir los modos en que algo está estructurado. Y eso es importante para el analista, que tiene que lidiar con la estructura lógica de la posición de cada sujeto. En este aspecto, la principal diferencia radica en que la ciencia busca que sus modelos sean universales, y en el análisis se apunta a lo singular: cada paciente es único y cada sesión es un acontecimiento irrepetible. Pero el llegar al psicoanálisis desde la ciencia, no todo es ventajoso. La ciencia moderna nos predispone a rechazar todo aquello cuya existencia sólo dependa del lenguaje y de la imaginación (unicornios, flogisto, epiciclos, etc.), mientras que ese tipo de entidades están en el primer plano de la experiencia analítica, porque lo están en el de la vida de nuestros analizantes.

-¿Considera que su reciente libro, Psicoanálisis y ciencia: el falso antagonismo, se inscribe en la creciente tendencia a superar prejuicios y diferencias metodológicas para abordar temáticas transdisciplinares emergentes de los avances científicos y tecnológicos?

-De ninguna manera. Sin duda, me inscribo en la tendencia a superar prejuicios, ya que soy hijo de las Luces. Pero, por eso mismo, sé que pasar por alto las diferencias metodológicas entre disciplinas diversas suele engendrar monstruos conceptuales y metafísicos que llenan los espíritus con humo tóxico. En lo que atañe al psicoanálisis, en especial, el olvido de esas diferencias a veces desemboca en algunas aberraciones teóricas que han sido bien caracterizadas en varios libros recientes, tales como Neurología versus psicoanálisis, de Hervé Castanet, y El rechazo de lo inconsciente en las neurociencias actuales, de Marco Balzarini. Mi libro se inscribe en contra de la superación de las diferencias de método cuando se proponen abordajes transdisciplinares. No perder jamás de vista esas diferencias es una condición indispensable para que el diálogo del psicoanálisis con otras disciplinas, si se produce, sea fructífero. Mis escritos incluso proponen la lógica como el territorio común en el cual ese diálogo podría prosperar.

-Más allá de los efectos socioculturales evidentes de la Inteligencia Artificial como representativa de la irrupción de las nuevas tecnologías, ¿cómo cree que afectará al sujeto humano en sus rasgos esenciales?

-Es una excelente pregunta, dado que las nuevas tecnologías, y sobre todo las ligadas a la IA, cada vez más nos incitan a interrogarnos acerca de lo que debemos incluir entre tales rasgos esenciales, y esto puede depararnos varias sorpresas. A principios de este año salió en París un libro claro, ameno, inteligente y serio, titulado L’Esprit artificiel (La mente artificial), y su autor, Raphaël Enthoven, da en el clavo de entrada: la IA puede ser útil para resolver en un abrir y cerrar de ojos ciertos problemas cuya solución, sin ella, demandaría mucho tiempo (y quizá no exenta de errores). Sin embargo, esa IA es incapaz de inventar una problemática nueva, y por eso le es imposible filosofar. De esa manera, Enthoven me hizo notar que uno de nuestros rasgos esenciales es la capacidad de crear problemas, ¡y hasta la de meternos en ellos! Se considera que pertenecemos a una especie que se ha dado en llamar homo sapiens, “inteligente”. La IA también tiene cierta forma de inteligencia. Esto podría conmover la forma en que nos clasifiquemos biológicamente, pues ser sapiens ya no definiría nuestra diferencia específica. Ahora bien, la IA carece de toda forma de pensamiento, en la medida en que el pensamiento es por esencia errático, arbitrario, vacilante y juguetón. Por lo tanto, los desarrollos en IA me inclinan a sospechar la conveniencia de redefinir nuestra especie como homo cogitans, “pensante”, y este carácter sí nos distingue (y estimo que siempre lo hará) de las máquinas inteligentes.

 

Para leer el texto completo, seguid este enlace hacia La Gaceta.

No os perdáis la conversación de Gerardo Arenas con Eduardo Martel, Javier Peteiro Cartelle y John James Gomez Gallego en la presentación de «Psicoanálisis y ciencia: El falso antagonismo».

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El autor

Arenas Gerardo
Gerardo Arenas (Uruguay) es psicoanalista y físico nuclear.

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