Lluís Bassa entrevista en el periódico La Vanguardia a Ramon Andreu Anglada, psicoanalista y autor de Xoroi, para hablar sobre ‘El monstruo de hielo‘, su último libro que tiene como protagonista la adicción al dolor.
Ramon Andreu Anglada habla con Bassa sobre los casos que sigue tratando estando en activo a sus 83 años y que ahora salen a la luz como tercera parte de su trilogía dedicada a los pacientes adictos al dolor.
‘El monstruo de hielo’: cuando el sufrimiento se vuelve adictivo
A sus 83 años, el psicoanalista Ramon Andreu Anglada sigue pasando visita en su clínica de Vallcarca (Barcelona) repleta de libros. A lo largo de más de veinte años, desde que se prejubiló como profesional de la neuropsiquiatría en un ambulatorio de Badalona, por su despacho han pasado muchos pacientes con historias personales diversas.
Escritor nato –de joven soñaba con ser periodista– Anglada publica este año el último libro de la trilogía que, a través de las historias de sus pacientes, expone su legado en su lucha por ayudar a las personas.
— ¿De qué trata ‘El monstruo de hielo’?
— Este libro habla del sufrimiento que se vuelve adictivo, que adquiere un efecto droga en el paciente hasta el punto en que este siente la necesidad de sufrir aunque las causas iniciales hayan desaparecido. El individuo alcanza esta necesidad sin darse cuenta, y por eso no puede defenderse contra ello.
— ¿Cualquier sufrimiento puede volverse adictivo?
— No; el origen del sufrimiento adictivo suele originarse en las primeras etapas de la vida, dentro del grupo familiar. Es entonces donde puede generarse una falta de comunicación emocional, de paz, de confianza hacia la criatura, que se va acumulando en forma de malestar. Cuando tal desazón adquiere la magnitud de ‘las tres Ds’: demasiado pronto, demasiado fuerte, y durante demasiado tiempo, es cuando se crea el efecto adictivo.
— ¿Cómo se materializa este padecimiento?
— Una persona intoxicada por este sufrimiento establece relaciones de sufrimiento consigo mismo (siempre está insatisfecho) y con los demás. Cuanto más importantes emocionalmente sean las personas para él/ella, más conflictos desarrollará. También puede hacerse ‘autoboicot’, en el que no tolera el bienestar. Si lo experimenta, la persona empieza a aburrirse, inquietarse, como si fuera demasiado bonito para ser verdad, y se lo carga. De la misma forma, muchos pacientes tienen problemas relacionados con la administración del tiempo y del dinero: nunca tienen tiempo, o no gestionan bien el dinero.
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