Los amigos de la Gaceta de la UNAM cubren la visita y clase magistral de José María Álvarez en México.
Aquí tenéis un fragmento del escrito de Patricia López y Carlos Ochoa
La locura es una huida, una fuga de la razón y la defensa de un sujeto que busca escapar de cierta realidad, opinó el psicoanalista español José María Álvarez, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.
Invitado por la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM para asesorar a integrantes de esa entidad que trabajan en el Espacio de Orientación y Atención Psicológica (Espora), ofreció la conferencia magistral “Locura, psicoanálisis y salud pública”.
En el Auditorio Alfonso Caso de Ciudad Universitaria, Vicente Zarco Torres, psicoanalista y profesor en el Posgrado de Psicología de la UNAM, así como coordinador de Espora Psicológica, recordó que este esfuerzo universitario busca acercar el psicoanálisis a la salud pública.
Zarco alertó que, en México, del presupuesto destinado a la salud, sólo el 2 % es para la salud mental. “Necesitamos que se considere dentro de los servicios públicos, para que las personas tengan acceso a la atención primaria”, solicitó el universitario.
Añadió que para muchas personas, quienes no tienen atención de salud mental, Espora Psicológica es el primer eslabón de servicio; en 2025, se estima que éste atenderá a cinco mil pacientes.
Espora Psicológica es un programa universitario con nueve años de trayectoria que cuenta con 13 sedes de la UNAM y ha mostrado su eficiencia para acompañar a los alumnos universitarios hacia el entendimiento y significado de sus problemáticas emocionales.
Está formada por maestras y maestros en Psicología con especialidad en psicoterapia para adolescentes y adultos, egresados de la mencionada Facultad. Los supervisores son especialistas en el área.
Referencia mundial
En entrevista, José María Álvarez, quien es una referencia mundial del psicoanálisis, relató que este concepto y los de locura y salud pública están profundamente conectados, aunque han sido tratados de forma independiente a lo largo de la historia. La salud pública, precisó, “se convierte en una opción esencial para quienes no pueden costear un tratamiento privado o requieren la ayuda de varios expertos”.Otra de sus ideas centrales es que, incluso en la locura, las personas mantienen un nivel de ‘responsabilidad subjetiva’, lo cual les permite participar activamente en su proceso de recuperación. Esta visión contrasta con el enfoque biomédico predominante en México y en otros lugares, que depende en gran medida de la medicación.
El catedrático explicó que la idea de que una persona puede tener responsabilidad en el proceso de superar su situación no implica “culpabilidad”, sino que reconoce que el individuo puede tomar medidas para mejorar su vida.
El autor de La invención de las enfermedades mentales y Hablemos de la locura defiende una visión del psicoanálisis que no se centra únicamente en la teoría, sino en el compromiso de ayudar a quienes sufren; su valor radica en su capacidad para acompañar a las personas y proporcionar soluciones desde una perspectiva clínica, alejada de las élites académicas y cercana a la realidad de la gente.
Y prefiere el uso del término locura sobre enfermedad mental o psicosis, ya que considera que es más respetuoso y menos estigmatizante. “Puede aplicarse de forma coloquial sin connotaciones negativas, incluso reconociendo cualidades positivas en las personas. Además, todos, en cierta medida, convivimos con algún tipo de locura, lo que hace que el término sea más humano y accesible”.
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